Los pseudocerales son la alternativa. Arroz, maíz, trigo sarraceno o alforfón, avena (ésta debe estar certificada como libre de gluten, o sea, que no ha sido procesada junto a otros cereales si eres celíaco), amaranto, quinoa, mijo y teff son algunas de las que se pueden encontrar en el mercado.
Además, hay una variada gama de pastas hechas con estos no-cereales y también con legumbres, como la lenteja roja o grabanzo, muy aconsejables por el aporte nutricional que tienen.
La pasta es uno de esos alimentos que han llegado a ser imprescindibles, sobre todo cuando tenemos niños. Fácil de comer, con infinidad de posiblidades y con formas muy variadas, es un éxito seguro.
Pero cuando hay que eliminar el gluten de la ecuación, la cosa es algo más complicada. O lo era hasta hace poco, porque la industria ha empezado a sacar una varida gama de pastas sin gluten a cuál más rica. Las hay de arroz, maíz, legumbres (como las lentejas rojas, los garbanzos, los guisantes) o mezcla de arroz o maíz con una legumbre.
Los arroces son uno de los amentos más consumidos en al planeta. Hay una inmensa gama y variedades absolutamente exquisitas.
Hay arroces largos, semi-largos, aromáticos, de colores… Creo que el arroz es un placer que deberíamos aprovechar y experimentar en nuestras cocinas.
Lo ideal es siempre comerlos integrales o al menos semi-integrales porque así tendrán más propiedades nutricionales. El arroz blanco, aunque es delicioso, no aporta a nuestra dienta nada más que almidón..